-Me has conocido en un momento extraño de mi vida.
"A todas ellas van también dedicadas estas páginas, con el extraño y alentador afecto que sólo es posible mantener entre personas que no llegan a conocerse nunca".

Soledad Puértolas, en el prólogo de Una enfermedad moral.

Corrientes de morfina.

No entiendo el mundo en el que vivo. No entiendo como puede haber genocidios que la prensa no haga públicos. No entiendo cómo no nos ahogamos en este aire viciado por el dióxido de carbono que exhalan, por última vez, todas las víctimas que ignoramos.

No entiendo cómo podemos adormecer nuestros cinco sentidos. Negarnos a ver que este mundo es injusto. Taponar nuestros oídos para no oír los gritos de quienes sangran, desde dentro y hacia fuera o invisiblemente en sus entrañas. No comprendo como podemos no oler la podredumbre de unos sistemas que nos suministran altas dosis de morfina para ayudarnos a dar un paso más en nuestra tarea cobarde; no notar el sabor salado de las lágrimas derramadas, capaces de convertir en un océano el más extenso de los desiertos. No entiendo cómo no erizamos el vello que cubre nuestra piel cuando, por un sólo instante, despertamos de nuestro letargo y atisbamos a ver un resquicio de realidad.

No entiendo como no morimos de vergüenza un segundo antes de volver a hibernar. Nuestro invierno es eterno, y a nosotros no nos importa. Porque aquí vivimos más o menos bien, porque todo lo que pasa alrededor no es culpa nuestra y porque sentimos que somos observadores externos de una historia de la que no formamos parte. Somos exiliados de nuestra propia vida que viajamos en silenciosas congregaciones hacia un mundo ficticio. La tierra prometida, donde nada duele porque nada es real. Porque el autoengaño es la forma más sutil de cobardía, que comienza por hacernos creer a nosotros mismos que no nos estamos autoengañando.

No entiendo que aquellos que tratan de poner un poco de orden entre todo este caos sean tachados de ilusos. No entiendo que si alguien trata de introducirse en la narración para ver si puede cambiar el guión no reciba más que palabras de desánimo. No entiendo que a cada arañazo que reciben sus piernas le acompañe un “ya te lo dije”.

No entiendo esta claudicación. No entiendo como podemos mirarnos en un espejo. No entiendo como podemos vivir culpando a otros.

No alcanzo a comprender porqué todo el mundo insiste en que los sueños de cambiar el mundo son inherentes a la juventud y van despegándose del hombre con los años. Yo quiero creer que son consustanciales al ser humano, que somos nosotros los que tratamos de esconderlos bajo millones de capas de conformismo. Balzac dijo una vez: “la resignación es un suicidio cotidiano”. No entiendo cómo sabemos que estamos muriendo poco a poco y sencillamente aumentamos nuestra dosis de barbitúricos para no pensarlo más.

¡Feliz el ignorante, feliz el adormecido! ¡Felices todos aquellos que son capaces de silenciar la voz de su conciencia con el sonido de un televisor a todo volumen!

No entiendo porqué ya casi he transigido, porqué estoy dispuesta a renunciar cuando aún no estoy de vuelta de nada. No entiendo porqué a mis diecinueve casi siento ansias de sumarme al resto de cadáveres en vida que se dejan arrastrar por corrientes de morfina.

No quiero este mundo que se destruye, no quiero castillos de arena. Quiero realidad pura y dura, de la que rasga la piel y sangra las venas. Quiero sentir el aire de nuestra atmósfera dentro de mis pulmones, con su podredumbre, con las terribles visiones que arrastra, con los gritos ahogados que se desgarran a jirones, con el sabor salobre de las lágrimas vertidas. Quiero sentir mi piel como la de una gallina y oír rechinar mis dientes. Quiero sentir frío y estremecerme.

Y es que ya no quiero observar. Quiero sentir dolor, que mi cuerpo esté limpio de narcóticos.

Quiero vivir, y quiero que me vivan.

12 comentarios:

Tu canto a la vida es hermoso:) mucho:)!

 

No pierdas nunca esa pasión, Lena. No a tu edad, al menos. Y para reforzar tu ánimo, recita a Miguel Celaya: "La poesía es un arma cargada de futuro":
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

 

Empezamos no entendiendo al mundo en el que vivimos, luchamos con fiereza contra el sistema, y terminamos sin entender al mundo, cansados de haber luchado y seguir ne la lucha.

Un beso, me encantó este texto de protesta.

Sigue en esa línea niña, es necesario hacer consciencia. Un saludo y un beso. Hasta pronto.

 

Ojos que no ven, corazón que no siente..
Un beso.

 

Sin palabras...
Muy buena reflexión...

Beso

 

Ojalá se pudiera cambiar todo.. me encanta, me encanta =)
Besos

 

Una gran filosofía de vida, si se puede llamar así. Ahora tengo más ganas de disfrutarla a cada segundo :)

 

Excelente post, bien escrito. Doloroso y real. Me alegra que a tus 19 tengas esta lucidez vedada para muchos y muchas que te triplican en edad y han cumplido la sentencia certera de Balzac.
La ausencia de amor, para mi, es la raíz de todo. Y la inconciencia masiva. Y el sistema que se encarga de perpetuar esto. Me identifico totalmente con tus palabras y hasta el día de hoy, a mis 45, todavía tengo que escuchar "pero... si el mundo es así" "la rebeldía de nada sirve, no te da de comer" y necedades por el estilo. Si de algo te sirve te digo que no estás sola, que siempre han habido mujeres y hombres que no se resignan, a los cuales nos duele el sufrimiento de muchos/as y el egoísmo de tantos. No trances y haz en tu vida cotidiana, en tu mundo íntimo todas las transformaciones que puedas aunque eso sea sólo un granito en un inmenso desierto.
Estamos de acuerdo ¡no a la pena de muerte bajo ninguna justificación!

Te dejo un saludo fraterno desde el confín austral y aprovecho de invitarte a:
http://www.elsurnuestro.blogspot.com
allí estamos realizando un pequeño ejercicio de conexión entre identidad y modos de expresar, de decir... quizás te interese.

 

La vida es tóxica... pero, tan hermosa.

 

Espero no te moleste me haya sumado a tus seguidores en este blog tan realista, según me ha parecido en un primer momento.

La vida es hermosa y bella... recuerda que somos nosotros mismos quienes nos empeñamos en destrozarla, en minar cada gota de luz que quiere atravesar nuestra atmósfera... recuerda que sólo nosotros tenemos la culpa. Todos. Sin excepción.

Saludos... Little Nightmare ♥

 

La vida esta tan llena de atrocidades como de cosas hemosas, es tan impar y desigual que a veces peca de injusta. Sin embargoen cada uno de nosotros esta el lograr algun cambio por el minimo que este sea.

Animo y se fuerte en tus convicciones, que esas son las que forjan el caracter y el rumbo hacia el cual tu vida se dirige.

Saludos!

 

Estremecedor es este texto, Lena. ¿Qué te puedo decir? Todo lo que dices es tal cual. Hace 10 años pasé los 19 años; hoy tengo más reflexiones acumuladas sobre el mundo narcotizado, tu acumularás las tuyas y, si todo va bien, no te adormecerás cuando te vuelvas un adulto. Yo me volví adulto a los 26, creo que no me adormecí (no como mis coetáneos conocidos). Me toca ahora fortalecerme, informarme y estar bien atenta para sobrevivir en este mundo de adultos sin narcotizarme...

 

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Song of myself. XXIV

Unscrew the lock from the doors!

Unscrew the doors themselves from their jambs!
Whoever degrades another degrades me,
And whatever is done or said returns at last lo me.
Through me the afflauts surging and surging, through me the current and index.
I will accept nothing which all cannot have their counterpart of on the same terms.

Walt Whitman.