Pensaba en la rabia, tan fuerte, tan inmediata, tal que si fuese un cuchillo afilado que sesgase límpidamente su vida por la mitad. Casi sintió su estómago herido cauterizándose. No había sangre ni huella alguna. Ni siquiera sentía el dolor punzante cerca de su garganta.
Y luego pensaba en los sueños, tantos y tan grandes, tangibles como la materia y al segundo siguiente tan etéreos como el aire.
Y sentía la pugna en sus adentros, la rabia armada y los sueños negándose a sucumbir. Y oía el ruido del metal chocando y de las chispas cortando el oxígeno. Y en ocasiones parecía que había un ganador, pero seguidamente el adversario resurgía de sus cenizas. Y pasaban las horas.
Y en su interior todavía perduraba la lucha, y lo hizo durante mucho tiempo. Y con el paso del tiempo aprendió buenas técnicas, grandes asociaciones. Ahora sabe que la energía que desprende la rabia puede ser el motor de sus sueños. Ahora ya no hay lucha, sino una unión casual que es el alimento que le hace correr a través de las horas…
5 comentarios:
wow... me he quedado sin palabras...
...me llevaré conmigo tus palabras.. para desmenuzarlas en mi cabeza....
rabia y sueños es una combinación que no había considerado... pero que es interesante...
muy interesante...
te dejo ahora.. besos y saludos azules...
rabia y sueños...
Yo tampoco lo había pensado así...
Interesante dialéctica...
¡Saludos!
Sin parar de dar tu visión, creando sombras azules.....me ha encantado....una reflexión muy profunda.
Cuantos Ys llenos de intriga... :)
Mirna en Marte
sí que son intrigantes tus letras :) un biquiño!!! :)))
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