-Me has conocido en un momento extraño de mi vida.
"A todas ellas van también dedicadas estas páginas, con el extraño y alentador afecto que sólo es posible mantener entre personas que no llegan a conocerse nunca".

Soledad Puértolas, en el prólogo de Una enfermedad moral.

Ella.

Ella era una de esas personas en las que quizá ni siquiera repararías. No era ni muy alta ni demasiado pequeña, ni rubia ni morena, ni especialmente elocuente o con unas facciones con personalidad. Simplemente, pasaba desapercibida entre el montón de gente que a diario la rodeaba, confundiéndose entre ellos como se confunden en el aire las plumas de una almohada que se parte por la mitad.

Cuando coincidimos en aquella recepción no me fijé especialmente en ella. En aquel lugar había demasiadas personas con vestidos escandalosamente llamativos y voces medio roncas, personas de esas que hablan arrastrando las palabras hasta que parece que se pierden en un murmullo. Yo nadaba entre el oro de los collares y del champán y los tonos profundos de aquellas voces de contralto.

Ella estaba en una esquina del salón, envuelta en un manto de silencio relativo y con una copa de vino tinto en la mano. Me acerqué porque quería un canapé de la mesa que se alzaba, suntuosa y presumida, a su lado. Sin querer pisé su pie descalzo- debía de haberse cansado de los tacones, que descansaban desabrochados en el suelo. Le pedí perdón y ella enrojeció. Me dijo que no le había hecho daño y que la culpa era suya por desprenderse de sus zapatos dónde no debía.

Me gustó desde el principio el tono dulce de su voz y que sus palabras terminasen justo donde debían. Decidí quedarme un poco más junto a ella. Porque me daba pena que estuviera en una esquina sin zapatos y con una copa casi vacía en la mano. Por no dejarla sola. Porque en el fondo sentía curiosidad.

Empezamos a hablar y las horas volaron como pájaros emigrando hacia el amanecer. Las dos empezamos a construir un muro con ladrillos de cristal, a inflar la pompa de jabón en la que nos sumergimos toda la noche. Jamás me he alegrado tanto de haberme aislado en una fiesta.

Ella sigue siendo una de esas personas en las que quizá ni siquiera repararías. Yo tuve la suerte de pisar su pie descalzo y conocer su inteligencia feroz y todo lo que tenía que decirle al mundo.

Nunca he sido más feliz por haber desconectado en una fiesta: si no hubiera sido así, nunca habría conocido a la que hoy es mi mejor amiga.

8 comentarios:

Hombre mira a quién me he encontrado yo por aqui, mi querida Lena.
Yo creo que las personas mas normales y en las que no reparas son las que tienen una presonalidad más porfunda, las que tienen más que decir. A veces el destino nos lleva por el camino que menos esperamos, el que parecía menos probable de caminar.

Creo firmemente que deberias tener más seguidores y que la gente deberia leerte más, que sepas que tienes un sitio casi permanente en mi lista de ALTAMENTE RECOMENDABLE y que mira hoy te haré publi, porque tu lo vales, y tu talento tb, no es normal que yo, un criaja de 15 años sin experiencia que no sabe escribir, sea mas leida que tu.. eso no puede ser
hahaha



anda que no em gusta hablar
xDD besos guapa(L)
:)

 

Concuerdo totalmente con Misha, pareces un diccionario andante. Leyéndote, aprendo más que las clases de lengua y filología. Muchos besos lena.

http://diary-of-aschoolgirl.blogspot.com/

 

Como siempre que te leo me he quedado prendada de tu texto! lo he leido una y otra vez.
Es precioso enserio, es como delicado y sugerente.

Felicidades!
Como siempre, un placer

Lish

 

Qué lindo...También tengo un poema con ese nombre, pero el mío es misterioso y melancólico...
Me gusta el tuyo
Te leo!

 

Guapísimo!!!!! Ole tu pluma!! Me kedo de okupa!

 

Lena,

Creo que sobran las palabras, y los que amablemente te comentan llenan este espacio de razón.

Como bien dices, a veces pasamos de largo de personas que valdría la pena conocer, pero ¿quien sabe?, a veces tenemos algo hermoso en la nariz y no lo apreciamos por la premura o por la insolencia de nuestros pensamientos... también hay momento para todo...

pero como diría Melvin(As good as it gets: darme cuenta de "quien eres" y lo magnífica que eres, me hace sentir bien conmigo mismo"..
asi es que si uno encuentra a alguien así... nos debe dar orgullo tener el privilegio de notarlo ¿no crees?

saludos y disfruta el finde(semana)
^_^

 

gracias por tu visita!!! a mí también me encanta tu blog :)
me he fijado en un cuadro que no conocía, que tienes a la derecha, de Monet "La pie" qué bonito!!! me chifla!!! te importa que me lo lleve al blog? me gusta mirarlo :) jooo acabo de descubrir el título!! jajaja cuánta luz!! besos!! y muy feliz finde!! :)

 

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Song of myself. XXIV

Unscrew the lock from the doors!

Unscrew the doors themselves from their jambs!
Whoever degrades another degrades me,
And whatever is done or said returns at last lo me.
Through me the afflauts surging and surging, through me the current and index.
I will accept nothing which all cannot have their counterpart of on the same terms.

Walt Whitman.