Y tú, quieta, sólo respirando. Los ojos cerrados, las plamas abiertas en tus costados, tu piel empapada por la lluvia que cae, torrencial, sobre tu cuerpo parado. Y poco a poco el miedo, que se escurre entre tus dedos, te va abandonando. Y desalojas de tu mente todo pensamiento doloroso. Y te centras en respirar, en sentir las gotas de lluvia golpeándote los hombros como agujas afiladas.
Maravillosa acupuntura, que cura todos los males.
Estás viva, y por primera vez en mucho tiempo lo sientes hasta en el tuétano de tus huesos. Y te das cuenta que de darías todo lo que tienes por prolongar eternamente ese momento, por quedarte para siempre así, quieta, sólo respirando.
1460. The last one
Hace 2 meses
3 comentarios:
Me encanta esa sensación de estar vivo, casi tanto como la lluvia y como tus escritos! Un beso Lena!
yo insisto...
hermoso...
me encanta como escribes...
Beatriz me ha traido hasta aqui y la verdad es que me quedaré, porque me ha encantado este pequeño texto. Adoro la lluvia, la vida, la sensacion de latir, de seguir en el mundo, de ser feliz.
Muchos besos
te sigo
:)
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