-Me has conocido en un momento extraño de mi vida.
"A todas ellas van también dedicadas estas páginas, con el extraño y alentador afecto que sólo es posible mantener entre personas que no llegan a conocerse nunca".

Soledad Puértolas, en el prólogo de Una enfermedad moral.

Veletas y aire.


¿Cómo podemos saber cuándo ha llegado el momento de cambiar drásticamente de dirección? ¿Qué hacer para que nuestra dirección cambie?
Debe ser un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo, o quizá sea porque nuestra mente está acotada y sólo es capaz de concebir los conceptos con unos determinados límites, pero ¿por qué no somos conscientes en todo momento de que cada decisión que tomamos, por muy pequeña que sea, cambia constantemente el itinerario de nuestros pasos? Tiendo mucho imaginar determinados conceptos de manera gráfica: así soy capaz de abarcar, si esta es la palabra correcta, con el pensamiento determinadas ideas tan abstractas que tornan invisibles como el aire y escurridizas como el agua. Si no pensara en la voz y en el intercambio de ideas como en una corriente de aire de color morado (parece absurdo, pero siempre aparece en mi mente de esta tonalidad), o en la libertad relacionándola con presidios, pájaros y cadenas, sería incapaz de llegar más allá del simple significado que le aplico en mi día a día: no pasaría de lo que soy capaz de ver con mis propios ojos.
De esta manera me imagino que caminamos a diario con una veleta a nuestro lado, que cambia de dirección por motivos externos a nosotros mismos o que nacen de nuestro interior y que conducen los pasos por unos derroteros u otros. Imagino que cada día que pasa y que pesa en los huesos y en el alma es un número determinado de pisadas en el camino, y generalmente este camino transcurre en mi cabeza rodeados de muros como los de un laberinto, llenos de giros bruscos y aristas y grandes explanadas. Pienso en que una fuerte corriente de aire (morado, claro está) es capaz de cambiar radicalmente la dirección. O que también puede ir cambiando poco a poco a través de pequeñas decisiones, o totalmente por medio de una aparentemente minúscula decisión que a efectos prácticos no lo es tanto. Y en otras ocasiones hago aparecer un mazo en la mano de quien camina y entre golpes y sudor y bajo un cielo donde las nubes pasan tira un muro y descubre un sendero lleno de posibilidades al otro lado. Esta es mi idea favorita.
Mientras tanto, tendré que asumir las limitaciones de mi mente y conformarme con seguir dibujando conceptos. Y confiar en que algún día, quizá por ciencia infusa, encuentre una manera de dar respuesta a las dos grandes preguntas que me rondan la cabeza últimamente: ¿cómo podemos saber cuándo ha llegado el momento de cambiar drásticamente de dirección? ¿Qué hacer para que nuestra dirección cambie?

10 comentarios:

en esas estoy...tratando de dilucidar el cuándo y el como... no creo que sean respuestas que podamos tener de golpe y creo que también es diferente para cada uno... porque todo en esta vida es relativo y además, referente a individuos..

te mando un beso enorme... seguiré filosofando con tus letras... ciao!

=)

 

Un texto para reflexinar. Interesante. Placer leerte.

Saludos cordiales,

Hasta pronto, un beso.

 

Me gusta mucho como escribes. Que interesante reflexión!! Lo de la corriente morada me parece una metáfora preciosa. Por cierto,yo creo que la vida es un estado inestable y creo que estamos cambiando de dirección constantemente, aunque tendamos a la estabilidad...No lo se..
Un saludo

 

Qué hermoso es pensar con imágenes. Y no unas cualquiera, ¡sino éstas!
Un saludo,
Marta

 

Yo creo que primero has de tener presente que quieres cambiar de dirección. Algunos solo se lo plantean, solo imaginan. Intenta caminar un poco, aver que encuentras:)

pd: muchas gracias por tu comentario, si no vas a ningún lado y permaneces donde estas, yo también me quedaré contigo!

 

El aire que hace girar la veleta muchas veces ya viene con el sendero marcado y no hay más que seguirlo, qué remedio. Las otras ya vendrán, no puedes dominar el viento. No puedes obligar a la veleta a girar a la derecha si la brisa viene del otro lado.
Paciencia e inevitables comeduras de coco...supongo.

Gracias por pasarte por mi blog!
Espero seguir leyendo más textos tuyos ^^

 

Creo que esas preguntas son diferentes para cada persona, pero yo siempre he creído que los cambios más drásticos son los que causan las palabras, capaces de hacerte dar giros de infinitos grados...
Y generalmente la vida cambia por si sola, el laberinto está en constante cambio y, a no ser que te encuentres con una pared delante, lo mejor es no tirar muros.
Un beso

 

La mía dio un cambio, y es ahora cuando lo aprecio.
No pude volver atrás y no quiero.
Estoy contenta con como soy ahora :)
Besitos desde Marte
Mirna

 

La verdad es que no siempre es fácil.....

 

Tan hermoso como siempre...Morado

 

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Song of myself. XXIV

Unscrew the lock from the doors!

Unscrew the doors themselves from their jambs!
Whoever degrades another degrades me,
And whatever is done or said returns at last lo me.
Through me the afflauts surging and surging, through me the current and index.
I will accept nothing which all cannot have their counterpart of on the same terms.

Walt Whitman.